Resucitar el mamut y curar la vejez, los titulares de un nuevo género literario.
El estilo de relato que ha surgido de las startups para atraer inversores.
Aprendamos un nuevo anglicismo, pitch deck.
Si no has oído nunca el término inglés «pitch deck» es un buen momento para aprenderlo. Porque te ayudará a comprender el mundo de las tecnológicas y su influencia, cada vez mayor, en nuestra atención. Las grandes empresas necesitan, entre otras cosas, que se hable de ellas para mantener su cotización en bolsa. Y al mismo tiempo no evidenciar ningún fallo en sus promesas tecnológicas para no cotizar a la baja. Así que en todo el mundo tecnológicas como Google o Microsoft, que tienen todos los medios a su disposición para desarrollar proyectos, los confían a startups con menos recursos. Y a las que dotan de capacidad con inversiones millonarias. Es lo que acaba de hacer Microsoft con OpenIA, invirtiendo 10.000 millones de dólares en el desarrollo de la IA ChatGPT para incoporarlo a las búsquedas de Bing y a Office. Si no funciona adecuadamente, Microsoft echará la culpa a OpenAI, y la cotización de esta se hundirá. Si funciona de forma excelente, Microsoft se colgará la medalla, comprará la tecnología y sus acciones seguirán subiendo. Pero no todas las startups son grupos organizados por inversores millonarios como OpenAI, que pueden sacar el ChatGPT como muestra para que la gente pruebe y hable de él. Las más modestas necesitan atraer inversores con algo denominado «pitch deck» a lo que, si fuéramos viejunos, llamaríamos un Power Point.
Un «pitch deck» no es una presentación de Office, sino un relato, y ahí es donde está la clave de esas promesas un poco grandilocuentes que oímos de vez en cuando. Resucitar mamuts, vacunas contra el cáncer, la cura del envejecimiento. Para alcanzar el éxito una startup tiene que unir en sus presentaciones dos cosas, el relato y los hechos, y ambas cosas sin igualmente importantes. Tomemos como ejemplo a Colossal, la empresa que promete resucitar mamuts.
Esta página de Colossal es, en sí misma, un trabajadísimo pitch deck.
El relato del pitch deck de Colossal es el titular espectacular de prensa. ¡Resucitarán a los mamuts de la Edad del Hielo! Se ha construido a lo largo de años, en 2022 se habló muy a menudo de el Parque de la Edad de Hielo, una reserva en la Siberia rusa donde Colossal iba a comprar suelo a fin de crear un parque natural con las condiciones del Paleolítico. Cultivando una flora e introduciendo especies árticas lo más próximas posibles a la era de las glaciaciones. En suma, construir el entorno donde podrían vivir los mamuts, y al reintroducirlos detener el derretimiento del permafrost, impidiendo la liberación masiva de metano que contribuirá al calentamiento global. Y casi tan importante como eso, contar con un recurso turístico visitable. Esta propuesta ha decaído por la guerra de Ucrania, no es un buen momento para llegar a acuerdos con Rusia. Así que en el nuevo empuje a su relato Colossal promete resucitar el mamut, el dodo y el tilacino o lobo marsupial, cuyo último ejemplar murió en un zoo en 1936. Espectacular.
Para hacer creíbles las promesas es fundamental que el pitch deck contenga datos que apoyen el relato. Colossal los tiene, mediante la técnica CRISPR retocará el ADN de ejemplares actuales para reforzar sus características más primitivas. En el caso del mamut, se hará con un elefante asiático que es la especie viva actual más próxima. A través de varias generaciones de elefantes asiáticos retocados se irá logrando una variedad de la especie cada vez más primitiva, más corpulenta, con pelo, con colmillos más largos, etc. Técnicamente todo eso es posible hoy día, aunque quede la incógnita si esos cambios genéticos no provocarán enfermedades genéticas asociadas que hagan inviable las especies. Este dato no se señala, claro, la idea es que el inversor crear que es posible resucitar el mamut con CRISPR, y que lograrlo es una cuestión de tiempo e inversión. Pitch deck completo.
Este análisis lo podríamos aplicar exactamente igual a cualquier titular sobre desarrollos tecnológicos. La inteligencia artificial que nos quitará el trabajo. La vacuna contra el cáncer que erradicará la enfermedad. La cura para el envejecimiento que nos hará vivir 120 años con un cuerpo de treinta. Todo eso son relatos, y si uno profundiza tienen detrás hechos contrastables. Pero observa qué distintas suenan esas promesas, relato del pitch deck, si las redacto como hechos:
La IA puede agilizar procesos de trabajo haciendo a cada trabajador más productivo. Las vacunas nuevas de ARN, como la del coronavirus, permiten cambiar el ADN de una persona eliminando defectos genéticos y previniendo enfermedades. Por la misma razón podrían programar el sistema inmunitario de cada individuo para combatir de forma efectiva un tumor cancerígeno sin quimioterapia, radioterapia ni intervención quirúrgica. Una suma de técnicas que implican el ADN, las vacunas de ARN mensajero, y una pieza más por determinar en el puzzle del envejecimiento permitiría tratar enfermedades asociadas a la edad como la artritis, la pérdida de masa ósea, o las deficiencias cognitivas.
Aquí no ha habido nada seductor ni atrayente, no suscitará un interés público generalizado y no atraerá inversores. Así que la próxima vez que te sientas, como cualquiera, la fascinación por las promesas tecnológicas, usa tu escepticismo. Esa fábula que te cuentan es un modo de conseguir dinero. Si lo captan harán cosas maravillosas que mejorarán nuestras vidas. Pero la IA nunca será tan espectacular como aquel ordenador de la película Juegos de Guerra (1983) que estaba a punto de desencadenar una guerra nuclear y que hablaba con Matthew Broderick como si fuera una persona. Si queréis saber más de esa peli, este artículo que escribí hace tiempo.
Bola extra
La prensa económica consigue atraer tráfico a sus páginas hablando de pitch decks y proporcionando enlaces a los usados originalmente por empresas hoy tan relevantes como Google, Facebook, y similares. De hecho la página más visitada de Business Insider es la que ofrece una base de datos de pitch decks. Y hasta una investigación de la Universidad de la Serena, en Chile, los analiza como un nuevo género literario con sus características propias. Aquí el paper. Sin olvidar que mentir a los inversores es ilegal, así que el relato tiene que ser no solo creíble, sino posible, como advertía Forbes.