Rediseñarte a partir de tu ADN, ¿qué cambiarías?
Se está llevando a cabo edición genética en organismos vivos en todo el mundo, y también de forma experimental en humanos. No desde luego con el objetivo de hacernos más guapos o fuertes, sino como terapia de enfermedades genéticas y de enfermedades asociadas a la edad. La tecnología permite modificarnos hasta cierto punto, o elegir hijos a la carta, pero afortunadamente el sentido común apoyado en las leyes y la ética no lo permite. Por ahora.
Explosión de empresas dedicadas a la edición genética humana.
Hay muchísimas, y ello es debido a algo ocurrido el 31 de marzo de 2022. En ese momento se publicó el mapa completo del Genoma Humano. Cuando se empezó ese proyecto, en 1990, sus científicos sabían que la tecnología disponible no era suficiente, y así fue. El mapa de 2003, que ya estaba completo, aún presentaba zonas vacías. Ahora acaba de publicarse un complemento más interesante aún, el pangenoma. Que básicamete es un mapa humano donde figura la variabilidad de origen. Es más lógico incluir muchos africanos, punto del que viene una gran parte de la humanidad, así como asiáticos, cuando en la investigación inicial los voluntarios que prestaron su genoma eran solo veinte personas estadounidenses. El pangenoma ha deparado alguna sorpresa, como que existen 24 genomas africanos, y 16 americanos, que no conocíamos. Seis más asiáticos, e incluso Europa, que estaba sobrerrepresentada, ha añadido un genoma más.
Con este gráfico se entiende mejor el pangenoma. La línea superior estrecha era la del Proyecto Genoma Humano, la de abajo compuesta de varias líneas estrechas, el Pangenoma con varios orígenes.
Cómo podemos modificar el ADN humano.
El mapa genómico nos deparaba una sorpresa. Solo un 1% de los nucleótidos transmite información genética, y por tanto esos son los genes que podemos modificar. Aunque tenemos otro recurso más para cambiarnos, los genes reliquia. Pedazos del ADN primitivos que se desactivaron, pero quedándose ahí, como libros viejos de una biblioteca que no consulta nadie. Por ejemplo, aún tenemos el gen de la cola que nos crecería como a los monos. La perdimos al separarnos de la especie ancestral que dio origen a monos y homínidos, pero podríamos reactivarlo y tener un tercer apéndice prensil para, no sé, llevar otra bolsa de la compra.
Bromas aparte, existen multitud de empresas, relacionadas con ese mapa genómico completo, y con la técnica CRISPR, dedicadas a modificar el genoma. Algunas de ellas centradas en el ADN humano. Todas usan una de estas dos variantes, o cambiar el 1%, o activar los genes reliquia.
Devolvernos a un estadio primitivo.
Colossal, por ejemplo, propone resucitar el mamut. La frase es bonita, pero también grandilocuente. Lo que puede hacer con la tecnología de que disponemos es activar los genes reliquia del elefante asiático, el pariente vivo más próximo al mamut. En varias generaciones crearán un neomamut, en realidad un asiático modificado, pero no el mamut original. Como hicimos con los lobos, sin laboratorios, cuando al domesticarlos y seleccionar características creamos perros muchos de los cuales se parecen poco al lobo original.
Si Colossal tiene éxito en su técnica en animales, ya sabremos todo lo que hay que saber para aplicarla a humanos. ¿Qué podríamos hacer? Una posibilidad sería recuperar la capacidad de los homínidos carroñeros para no ser afectados por las bacterias de la carne podrida que comían. No para comer carne en mal estado, pero sí para que nuestro sistema digestivo sea inmune a las bacterias que causan diarrea o gastroenteritis.
Recibir transplantes de los cerdos.
El cerdo es el animal genéticamente más parecido a nosotros. Por eso la empresa eGenesis tiene por objetivo editar genéticamente a estos animales y crear una nueva raza cuyos corazones, hígados, riñones y pulmones puedan ser transplantados a humanos.
Quitarte la diabetes, las cardiopatías, la artritis, con una pastilla.
La empresa Crispr Therapeutics ya ha editado a humanos. Concretamente a pacientes con talasemia y anemia de células falciformes. Son dos enfermedades de la sangre y estas personas, con un solo tratamiento, se han curado y no volverán a padecerla en su vida. La anemia de células falciformes no es más conocida de lo que pensamos. La imagen del xenoformo, Alien, como un bicho muy alto y muy estilizado es debida al actor Bolaji Badejo, que al padecer esta enfermedad era anormalmente delgado. Incluso con el disfraz tenía un aspecto extraterrestre. Murió pocos años después sin haber cumplido los cuarenta. Hoy hubieran podido curarle.
Imagen del actor durante el rodaje de Alien el octavo pasajero, 1979.
Lo que ha retocado esa empresa es la forma de expresarse de los genes, el 1% al que me refería antes. Un experimento en laboratorio con ratones acaba de demostrar que podemos aplicar lo mismo a la cura de los infartos de miocardio. Eric Olson y su equipo lograron modificar el ADN de un ratón para que sus nucleótidos se expresasen de una manera diferente en las proteínas, usando algo descubierto por David Liu, los editores de bases. Nunca se había usado en enfermedades comunes, siempre en mutaciones genéticas. Pero una vez editado el ADN, las células cardiacas del ratón ya no volvieron a replicarse con el factor que las degradaba para sufrir problemas cardíacos. Lo mismo podríamos aplicar en humanos erradicando las enfermedades que por genética y herencia nos toquen, las del corazón, el colesterol alto, la diabetes y al artritis y artrosis como principales. Con un solo tratamiento. Una sola vez y para toda la vida.
La empresa Verve Therapeutics ha desarrollado un medicamento que al tomarlo modifica la expresión de los nucleótidos en personas con colesterol alto. En una sola dosis sus niveles de colesterol vuelven a la normalidad, y pasarán toda su vida sin desarrollar placas de grasa en las arterias y por tanto sin enfermedades coronarias. El medicamento de Verve te edita genéticamente. Aún no aprobado por la FDA, agencia estadounidense.
La inteligencia artificial añade posibilidades a la edición genética.
Es el siguiente salto, y Refuge Biotech ya ha empezado a aprovecharlo. Esta empresa pretende localizar mediante IA en el mapa del genoma humano todos los genes reliquia, y reactivarlos mediante CRISPR para que sirvan como terapias que unan su fuerza al sistema inmunológico. Suena raro, pero realmente es posible que tengamos algo guardado en el ADN que permita impedir el cáncer. Porque todos tenemos células cancerígenas de vez en cuando, pero solo desarrollamos tumores y cáncer cuando nuestro sistema inmunológico falla y no las destruye. Una especie de mamífero, la rata topo desnuda es inmune al cáncer y tenemos ancestros comunes con ella. Si encontramos el gen que hace que ella no tenga cáncer, y su equivalente reliquia en nosotros, y lo activamos, ya no tendríamos cáncer. Esa es al menos la teoría. Aún por demostrar.
Y en un futuro podríamos comprar en la farmacia una pastilla que cure las arrugas, la calvicie, las canas.
Cito tres ejemplos que pueden editarse genéticamente. Sería absurdo empezar por lo hedonista, y no por la medicina que cure el cáncer, pero no es descabellado que si se consigue lo segundo estos tratamientos se extenderán a absolutamente todo. Los posibles cambios dan un poco de miedo, porque uno tiende a imaginar a europeos y estadounidenses siempre jóvenes, sanos, y con pelo, y personas de países pobres viejos y enfermos.
He dejado la mala noticia de la edición genética para el final. Hay un pero en todo esto. Al completar el mapa del genoma humano se hizo un descubrimiento adicional. Hay genes que se desplazan por nuestro genoma, llegan a otros genes y cambian su función. De hecho así es como evolucionan y cambian los organismos, es el mecanismo bioquímico que Darwin explicó en biología. Pero a menudo esos genes hacen un mal viaje y desencadenan demasiados cambios, una reacción en cadena que se acumula provocando enfermedades. Así que tal vez las terapias génicas tengan efectos indeseados, o sean como la ruleta rusa. En unos individuos se desencadenan, y en otros no. Estamos apenas empezando un cambio que solo veremos concretarse en las décadas venideras.
Aquí empezó todo, con la primera foto de la doble hélice del ADN tomada en los años cincuenta, que confirmó la teoría sobre su forma propuesta tres años antes en Nature.
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¿Has echado un vistazo al resto de publicaciones de mis Hilos del Futuro? Además de suscribirte y así darme razones para seguir con esta publicación esporádica, te sugiero una edición anterior sobre la carne de laboratorio, con una actualización de última hora. Tras analizar los métodos de producción resulta que si se produce a gran escala, la carne cultivada es más contaminante y peor para el medioambiente que criar animales. Y es que los biorreactores, la máquina en que las células animales se reproducen, funcionan con electricidad. En tal cantidad, que si se quiere producir para el consumo humano en cantidad equivalente a la carne animal actual, no sirven los campos fotovoltaicos ni los aerogeneradores. Necesitaríamos una generación análoga a la de varias centrales nucleares. Una lástima, porque lo que sabíamos hasta ahora era prometedor. Puedes leerlo aquí.