No comas pizza, meteoritos son naves espaciales, roboperros y el trabajo inconsciente de vaguear
Cinco vistazos al futuro en sorprendentes noticias recientes de ciencia y tecnología
Hoy en Los Hilos del Futuro, vistazos a la actualidad que nos avisan sobre el tiempo por venir: no deberíamos comer pizza; hemos encontrado restos de una nave espacial extraterrestre; un primer gran contrato para un perro robot; los beneficios de vaguear; y la fusión nuclear avanza.
Olvídate de seguir comiendo pizza.
Al menos si quieres evitar tener Alzheimer. Un nuevo estudio asocia el consumo de comida procesada y ultraprocesada - hamburguesas, salchichas, refrescos, snacks, pizza, etc.-, con una mayor propensión a padecer esta dolencia. Realizado por la Universidad Bond de Australia, y publicado en el Journal of Alzheimer 's Disease, concluye que las personas estudiadas y con tendencia a esta patología también habían consumido menos fruta y verdura. Aunque esta enfermedad tiene muchos enigmas por desvelar, y recientemente se descubrió que también está asociada con la salud bucodental. Algunas bacterias presentes en la boca pueden llegar al cerebro si se tiene una mala higiene. En un estudio de cerebros con Alzheimer llevado a cabo en 2019 se descubrió que contenían una gran abundancia de bacterias P. Gingivalis, la misma que causa la gingivitis o inflamación de las encías y que puede ocasionar a la larga pérdida de dientes.
El Alzheimer empieza en la mediana edad, y está muy asociado a malos hábitos en los estilos de vida. Alimentación, ejercicio, e higiene bucal. La causa científica es la inflamación desatada por los malos hábitos en esos tres aspectos. El proceso inflamatorio es un arma de defensa del sistema inmune. Idóneo para combatir enfermedades, pero perjudicial si se produce de forma casi diaria.
Vi a mi abuela paterna desaparecer por causa del Alzheimer. El primer síntoma, cuando murió su marido, mi abuelo, fue lo fascinante que le resultó descubrir el uso del teléfono, que había olvidado. Lo usaba todo el día. Pero la cosa fue a peor, hubo que ingresarla en una residencia y en las visitas periódicas pude ver cómo se evaporaba su personalidad, dejaba de reconocernos, y acababa por volverse completamente indiferente a todo y a todos. Olvidar a los que amas me parece un buen motivo para cuidarnos.
Avi Loeb padece la enfermedad del observador de ovnis, o ese meteorito era una nave extraterrestre.
Avi Loeb enseñando los restos de la nave espacial encontrados en el fondo del Pacífico.
Los artículos de Avi Loeb, divulgador científico, me provocan una sensación extraña: postula la existencia segura de la vida extraterrestre inteligente, y su eventual contacto con nosotros. Pero a la vez es profesor de física teórica en Harvard, lo cual implica amplios conocimientos de ciencia y un cerebro brillante. Tiene gracia porque, como ha publicado la agencia Sinc, el avistamiento de ovnis deja una huella psicológica en los testigos, y Loeb se define como cazador de ovnis, o fanis en su denominación más moderna. Básicamente ocurre que si estudias el fenómeno acabas teniendo una tendencia a seguir buscando, a encontrar la maravilla, y creo que a él le ocurre. Ahora acaba de declarar que por fin ha encontrado fragmentos de meteorito en el fondo oceánico -llevaba tiempo buscando- que evidencian la presencia de una sonda extraterrestre, una nave espacial, que llegó a nuestra atmósfera en el pasado. Otros científicos se muestran más escépticos, las esférulas encontradas, con elementos cuya composición química difiere de cualquier muestra hallada en el sistema solar, podrían ser resultado de pruebas nucleares. Loeb también propuso que el asteroide Oumuamua, único objeto intergaláctico que hemos detectado pasando por el Sistema Solar, y que no fue originado en él, también fuera algún tipo de sonda viajera mandada por los aliens. De momento es una hipótesis.
El perro robot logra su primer trabajo en el CERN
El roboperro CERN a la derecha, la máquina que le ayuda a la izquierda
Para quien no haya visto el mítico capítulo de Black Mirror Metalhead donde un perro robot hacía de guardián siniestro de almacenes, comportándose con esa incomprensión de lo humano propia de una inteligencia artificial, recomiendo correr a verlo. No solo por el robot en sí, sino por la implicación de que sean máquinas quienes tomen decisiones sobre la vida y la seguridad humana. Sino porque uno de ellos ha conseguido un gran contrato de trabajo en uno de los centros de investigación científica más punteros del mundo. Sus primos menores ya patrullan las calles de Seúl y otras ciudades, y se les ha equipado experimentalmente con metralletas y otras armas de fuego para uso militar en guerras. En esos casos actúan como un dron teledirigido, y la parte de IA está encargada de funciones básicas, que no se choque, ni se caiga por precipicios, en general para que no se dañe y siga funcionando.
Pero la estrella hoy es CERNquadbot, contratado en el CERN, Organización Europea para la Investigación Nuclear y uno de los centros de investigación más importantes del mundo. Allí cuentan con un acelerador de partículas, el LHC o gran colisionador de partículas, para estudiar los estados de la materia, que coloca a Europa a la cabeza de la investigación científica en Física. Quadbot, como le llaman sus técnicos, es un roboperro destinado a medir niveles de radiación, agua, humedad, o posibles fuegos en lugares especialmente inaccesibles para los humanos por sus medidas. Gran parte de la instalación del acelerador son largos túneles llenos de tubos, los del LHC o gran colisionador de partículas, 27 kilómetros en total, todos bajo tierra, algunos muy angostos. De momento, como los patrulleros o los militares, tienen solo una autonomía relativa y no toman decisiones por sí mismos, sino que están controlados por un técnico humano. Estamos lejos de Black Mirror, afortunadamente, veremos por cuánto tiempo.
Más cerca de la central nuclear de fusión
Aunque siempre hay que ponerle pegas a todo esto, la secretaria de energía de EE.UU., equivalente a una de nuestras ministras, anunció espectacularmente, en 2022, que habían conseguido generar energía nuclear de fusión. Es el santo grial de las energías, limpia, inagotable y capaz de sacarse de un vaso de agua de mar suficiente como para abastecer toda una ciudad. A diferencia de la energía nuclear no rompe átomos, une partículas para formarlos, y en el proceso se genera mucha energía. En la revisión de los físicos, demostraron que sí, que se había logrado generar energía neta, como anunciaba la secretaria de estado pero gastando mucha más energía de la que se generaba. O sea, que era un paso adelante, pero no el reactor nuclear de fusión operativo.
Ahora vuelven a la carga, aunque de forma más modesta, en círculos científicos y periodísticos y sin directa implicación de los políticos. Ciertamente en EE.UU. han dado un nuevo paso, en la US National Ignition Facility, y el 4 de septiembre publicaron un paper donde anunciaban que habían conseguido generar 1.9 veces más energía que la que gastaron en «encenderlo» (es un decir, para explicarlo de forma sencilla). Este es un hito mayor que el anterior, pero como el proyecto en general está clasificado, solo podemos saber lo que declaran algunos de los científicos que trabajan en el proyecto. No tenemos láseres desarrollados como para montar el reactor y podemos tardar una década en conseguirlos. La idea es tener todo preparado para poner en marcha los reactores cuando suceda.
Qué hace nuestro cerebro cuando no estamos haciendo nada
Pues trabajar. Si algún gurú del mindfulness o disciplina similar te ha hecho llegar los efectos beneficiosos de dejar la mente en blanco, no estaba bromeando. A diferencia de una máquina, nuestro entendimiento parece que necesita desconectar de la conciencia durante períodos largos o cortos para continuar pensando acertadamente. Pero como ha demostrado una investigación llevada a cabo durante más de veinte años, no lo hace para vaguear, sino para conseguir que el resto de nuestro cerebro funcione bien.
Resulta que todos tenemos unas zonas cerebrales denominadas «red de funcionamiento por defecto», y que se ponen inactivas cuando estamos realizando alguna tarea. Pero en cuanto no estamos haciendo nada, o pensando en nada, se ponen en marcha. Lo han demostrado pruebas de laboratorios midiendo la actividad eléctrica de todo el cerebro, y seleccionando lo que ocurre en estas áreas. Esta red se activa cuando dejamos vagar los pensamientos, recordar experiencias pasadas, pensamos en los estados mentales de los demás, imaginamos el futuro o procesamos el lenguaje. Esta última parte es crucial, porque la narrativa que hacemos de nosotros mismos y del mundo que nos rodea está basada en esta red, que es como la directora de orquesta y la que mantiene unido todo lo demás. La investigación abre posibilidades para explicar algunas enfermedades mentales con origen en la actividad electroquímica cerebral. Especialmente en depresivos, pacientes en quien se ha detectado o un excesivo protagonismo de esta red de funcionamiento por defecto, o demasiado poco. Al resto de personas nos confirma la certeza de que a veces hay que dejar de pensar en un problema para que horas, o días después, aparezca la solución de repente. No es inspiración divina, es tu red cerebral trabajando cuando tú no sabías que lo estaba haciendo. O no lo llames pereza, llámalo estoy funcionando por defecto.