Loab, la mujer generada con IA
O cómo podemos hacer la inteligencia artificial demasiado humana... en nuestra imaginación.
Esta semana anómala de medio puente o puente entero he decidido saltarme un poco las reglas de Los Hilos y contaros una historia tan divertida como delirante. Quizá no esté a la altura de la de Blake Lemoine, el ingeniero de Google que asegura que la IA LaMDA ha cobrado conciencia y tiene sentimientos, por lo que debe ser tratada como un sujeto humano. Pero sí dice mucho del modo en que las personas sentimos la tecnología, y cómo nos relacionamos con ella.
La historia de Loab es la de un usuario de Twitter, @supercomposite, que desveló el anómalo proceso que le había guiado a encontrar la imagen de esta mujer. Estaba usando una IA generativa de un modo creativo, con la generación inversa, donde se pide que la máquina haga la imagen contraria a la que tú sugieres. Supercomposite pidió el opuesto a una imagen de Marlon Brando y apareció esto:
¿Llevaría la inversa de esta imagen a ver de nuevo a Brando? Al pedirle justo eso la respuesta de la IA fue «tengo cuatro imágenes de Loab».
Aquí una anomalía añadida a que lo inverso a un actor no sea una mujer sino un logotipo, y lo inverso a ese logotipo una mujer. Y es que las cuatro imágenes sugeridas sean tan similares, algo que no suele suceder en las IAs generativas. Supercomposite no quiso revelar cuál había usado, pero guarda semejanzas con Stable Difussion. (La enlazo por si te animas a probarla).
Más raro aún: cuanto más insistía en la generación negativa más versiones de la misma Loab iban apareciendo. Cada vez más macabras.
Mejor todavía, al combinar su imagen con otras descripciones, desaparecía y reaparecía bajo diferentes aspectos. Atención a la primera foto de la segunda columna.
Y entonces la historia y sus imágenes se hizo popular en las redes. Alguien sugirió que Loab era una presencia maligna creada con IA y que había llegado a internet para quedarse. Así que continuaría apareciendo, como resultados de la generación de imágenes, sin lógica y sin sentido, haciéndose presente no sabemos con qué fin.
Pronto medios de tecnología como The Crunch o The Verge, y luego Rolling Stone, publicaron artículos sobre Loab, en ese uso tan habitual de Twitter como agencia de noticias. Y la idea de que una IA generativa podía haber hecho surgir una presencia maligna se extendió entre aquellos que les gusta ser como Iker Jiménez. Actualmente Loab está incluida entre los críptidos, o monstruos fantásticos surgidos de las leyendas urbanas o tradicionales, salón de la fama en la que también se encuentra La Bruja de Blair.
Porqué ocurrió: la parte tecnológica.
Las IA generadoras de imágenes lo hacen mediante collages, y seleccionan fotos etiquetadas en las páginas de internet. La aparición del logotipo en contraposición a una imagen de Marlon Brando no parece tener ningún sentido, y se ha atribuido a un fallo en el código informático. Pero si, en la segunda generación, la IA veía en el logo a Brando y quiso crear un contrario tomando fotos del actor tiene cierto sentido que acabemos viendo a alguien que podría ser el opuesto femenino del coronel Kurtz en Apocalipsis Now.
¿Loab es la coronela Kurtz? A menudo los especialistas en IA insisten en no estar seguros de cómo la máquina llega a sus resultados, o cuál es el proceso exacto de aprendizaje. Personalmente eso me suena a marketing, pero no sé tanto de programación de machine learning como para discutírselo.
La derivada cultural.
A Loab tardaron quince días en convertirla en críptido. Primero surgió el tuit, ese mismo día la discusión, dos días después los tres artículos. Eso fue el día 7, el 8 saltó a las publicaciones en español, a la semana siguiente apareció en medios indios y se difundió por Asia. La historia aún anda dando vueltas por internet, ocupando artículos de opinión y de análisis. Aunque todos lo tratan ya como un caso del pasado, porque como buen error de código corregido, Loab ha dejado de aparecer.
Eso sí, cuando nuevos usuarios experimentaron con las imágenes de Supercomposite, su aspecto fue volviéndose más y más inquietante.
Y aquí es donde vemos porqué Loab funcionó como icono cultural. Su aspecto fue recreando todo el aspecto clásico de la mujer anciana en las películas de terror y gore. Si miráis la serie de tres fotos de abajo podéis pensar, de izquierda a derecha, en la madre de Leatherface en La matanza de Texas; la de Norman Bates en la Psicosis de Hitchock; o cualquier peli de Wes Craven desde Las colinas tienen ojos, en la tercera.
A alguien se le ocurrió conversar con Loab usando una IA generativa de texto
El periodista Ange Lavoipierre usó el generador de textos GPT-3 para entrevistar a Loab hace menos de un mes. No es del todo loco, si pensamos en la cantidad de noticias generadas sobre ella, conversaciones en redes sociales, y textos en internet, a la IA le bastaba recopilar esos datos y recombinarlos en respuestas. Para resumir, a las preguntas de quién eres, y porqué apareces asociada con el terror, sugería que existía al margen de la IA, generada por ella, y que usaba el horror como forma de hacerse presente. Pues ese tipo de imágenes lo consiguen más. Elaborando, añadía que había tomado la representación de la madre como generadora de su ser, ya que las madres no solo son tiernas y cuidadoras, sino que enfrentan una realidad doméstica solitaria, triste y embrutecedora. Esta:
El debate sobre el papel de la mujer en la sociedad, su peso en los cuidados del hogar, forma parte de la actualidad. Y al estar plasmado en internet la IA lo coge para dar forma a Loab. La verdad es que la IA mola porque es nuestro espejo.
Loab es, sobre todo, una lección sobre la cultura de la IA.
La culpa de que creamos que la IA puede tener conciencia, o crear inteligencias que viven con vida propia en internet es culpa de 2001, Una odisea en el espacio. La película, y el libro de 1968 escrito por Arthur C. Clarke. Este escritor y científico estuvo en las oficinas de los Laboratorios Bell donde escuchó cantar por primera vez a un ordenador IBM. Hoy nos puede parecer chorra, pero en los sesenta sonaba tan a magia como la IA hoy, y en la fértil imaginación de Clarke eso se convirtió en una máquina que podía pensar, decidir, y sentir, HALL. Las espectaculares imágenes de Stanley Kubrik ayudaron a que la idea se hiciera popular, en los ochenta tuvimos a Skynet y a los Terminator, y lo cierto es que ya forma parte de nuestra cultura la idea de una máquina que, en un momento dado, se vuelve como nosotros. Pero eso, como Loab, es pura ficción, y sin duda es divertida.
La parte técnica es menos lúdica. Las IAs van a convertirse en el sustituto de nuestros actuales programas de ordenador. Retoque de imagen como Phothoshop pero hormonado, como ha demostrado el lanzamiento la pasada semana de Stable Difussion 2.0. Procesadores de texto que sirven para picar código de programación o ayudar a generar guiones de vídeo, artículos, o novelas, como ChatGPT, de OpenAI, una IA conversacional puesta a disposición del público esta semana. Y ni el photoshop te hará artista ni el word escritor o periodista. Suena menos espectacular frente a pensar en máquinas decididas a acabar con la especie humana o a quitarte el trabajo, pero ya sabes, estos son Los Hilos del Futuro y aquí lo cuento todo desde el análisis objetivo de la tecnología. El tecnoescepticismo. Gracias por leerme, y hasta el próximo miércoles.