Implantar un chip en tu cerebro para usar tu teléfono
Realidades y dudas sobre Neuralink de Elon Musk
Neuralink, una de las empresas de Elon Musk, tiene por objetivo crear chips que implantados directamente en el cerebro permitan usar dispositivos electrónicos con solo pensar. Y ahora acaban de ponerle uno a un humano, lo que anuncian como un éxito. ¿Verdaderamente lo es?
Hay un grupo de abogados en EE.UU. pidiendo que la SEC, equivalente a nuestra CNMV, investigue a la empresa sus prácticas anteriores de implantación de chips en monos. Y esto se inició a raíz de una investigación de la revista Wired, donde revelaba cómo una universidad pública de California, Davis, había ocultado los terribles efectos del chip neuralink sobre los primates. Uno de ellos, después de perder la visión, convulsionar y ser incapaz de mover los brazos, murió. La autopsia reveló que el cerebro le había estallado dentro del cráneo por causa de una infección, y salido por un agujero en el cráneo. Todo debido a una inflamación con origen en el pegamento usado para sujetar los electrodos de los chips neuralink sobre el cerebro, que aumentó la cantidad de líquido cefalorraquídeo. El que ocupa los espacios huecos dentro del cráneo, dejados por las circunvoluciones del cerebro. Fluye también dentro de la médula espinal, proporciona nutrientes, amortigua golpes y «lava» al órgano de pensar durante la noche.
Las fotos y registros deben estar en posesión de Neuralink y no han sido hechos públicos. Primero pidieron a la universidad usar allí equipos tecnológicos de la empresa -que retiraron al acabar el experimento-, y luego que no se grabara a ningún mono más. Aparte de que se hayan violado todas las leyes sobre experimentación en animales, vigentes en EE.UU., parece difícil entender cómo se les han autorizado ya las pruebas en humanos. Pero así ha sido, y según la empresa, el paciente se está recuperando bien. La pregunta es, ¿funcionará el chip lo suficiente como para usar un ordenador o un teléfono solo con pensar?
Pues en principio no, porque Musk ha variado su discurso. De esa promesa inicial ha pasado a un planteamiento médico, que es lo que ahora promete. Analicemos el ejemplo que siempre cita, y porqué. «Imagina si Stephen Hawking hubiera podido comunicarse más rápido que con su máquina, ese es nuestro objetivo». Ni la frase, ni el ejemplo del físico con ELA están escogidos al azar. Los implantes esquelético musculares llevan tiempo probándose con éxito en la medicina. Incluso con buenos resultados, que han devuelto parte de la movilidad a personas con lesiones de columna y facilitado un sistema de visión parcial a personas ciegas. Pero hablamos de cosas muy básicas, que se reducen a transmitir la señal cerebral a los nervios. Es decir, conectan un nervio dañado a un órgano funcional. En el caso de parapléjicos, hace un puente en la parte rota de los nervios de la columna, y no devuelve la movilidad completa. Pero claro, entre estar en silla de ruedas y andar con muletas es un gran avance. En el caso de los ciegos, solo sirve para aquellos con los ojos y nervio óptico intactos, y logran percibir una especie de mundo de sombras y bultos en blanco y negro, o en escala de grises. Es desde luego un avance para alguien que no ve nada, sobre todo a la hora de moverse por la ciudad o tomar un transporte. Pero no permite visión avanzada, apreciar colores, ver un cuadro o leer un libro. De hecho la ciencia ni siquiera sabe si eso es tecnológicamente posible.
Entonces el sistema de Neuralink tiene que dar un enorme salto, porque debe convertir el impulso cerebral originado en la conciencia a una orden electromagnética para un aparato. Por ejemplo, pensar «quiero hablar con mi madre por teléfono» es muy distinto a «marca madre en la agenda de contactos», o si el chip está menos evolucionado, «650 000 111», directamente el número de teléfono. Neuralink no va a hacer nada de esto. Está desarrollando dos chips, uno para restaurar la visión incluso en ciegos de nacimiento, y otro para restablecer la movilidad en personas con parálisis.
¿Y qué hace verdaderamente de todo esto el chip, o cuánto se acerca a la promesa de Musk? No tenemos ni la menor idea. No hay publicaciones científicas al respecto, ni informes sobre el experimento en los monos, nada que los científicos hayan podido analizar desde la neutralidad. Por otra parte, el efecto aludido en el mono, la inflamación cerebral, es una consecuencia física que podría suceder en el futuro para cualquier usuario. No necesariamente una inflamación, pero problemas si se mueve, una calcificación de ese cuerpo extraño, o simplemente que se estropeara y hubiera que extraerlo, no es descartable. Una incógnita que la empresa no ha respondido es cómo se recarga la batería de litio que alimenta el chip, si se aloja dentro del cerebro o te dejan una conexión usb en el cráneo, para recargar cada ciertas horas.
Hay incógnitas todavía mayores, que son sociales, éticas y de funcionamiento. Hubo dos usuarios de un implante similar, ciegos, que de pronto se quedaron sin la vista que proporcionaba el aparato dentro del metro de Nueva York. Una de ellos iba bajando las escaleras. Pasó de la protovisión a no ver absolutamente nada. La causa, que la startup que les proporcionó el aparato y lo implantó en su cerebro, había quebrado. Sus servidores dejaron de dar el servicio, sus profesionales desaparecieron. El hombre incluso ha acudido a los médicos para saber si necesitará quitarse el implante. Pero no le han podido responder porque, como era experimental, no tenían publicadas especificaciones sobre el chip.
De acuerdo, es un caso extremo, para un uso médico estos chips de Neuralink acabarán teniendo regulaciones y controles. Pero depender para moverse o ver de una empresa privada nos hace preguntarnos si el día que el paciente no pueda pagar la cuota de suscripción perderá la movilidad y la vista. A mi me parece un futuro escalofriante.