Cómo nos vendieron la IA con una gigantesca campaña publicitaria.
O cómo ir desde DALL-E y chatGPT a la millonaria inversión de Microsoft
Sam Altman es el CEO de OpenAI, la empresa detrás del chatbot GPT-4, y uno de los pocos que se ha mostrado escéptico con la utilidad lingüística de su IA. El lenguaje natural, ha afirmado, es una tecnología demasiado compleja para que una máquina pueda expresarlo de manera fluida y precisa, y además chatGPT no entiende el sentido del humor ni el contexto, lo que impedirá que sea una herramienta realmente útil. Es decir, no escribirá novelas, artículos periodísticos, ni siquiera las sencillas instrucciones de una roomba.
Microsoft acaba de anunciar que invertirá 10.000 millones para integrar este chatbot en su buscador Bing y en su suite de office. Al mismo tiempo que anuncia el despido de 10.000 empleados. Parece una demostración de que las IAs nos quitarán el trabajo, y de que los gestores de Microsoft no han escuchado a Altman. ¿No es todo esto una contradicción?
No, es una gigantesca campaña de publicidad.
La clave está en el millón de usuarios que ha alcanzado chatGPT-4 con un ritmo de adquisición mayor al que tuvieron las redes sociales. Deslumbrados por las hazañas de la máquina, los usuarios han creado una cámara de eco en las redes sociales, los medios han aprovechado para hacer clickbait anunciando que las IAs van a sustituirnos, hasta conseguir que mucha gente estuviera dispuesta a usar este chatbot. En apariencia, y este es el discurso de Altman, todo ha pasado porque la gente se ha mostrado encantada de usarlo, y se ha difundido por el boca-oído. En realidad OpenAI ha usado anuncios en Facebook, colaboraciones con influencers, ha compartido resultados en redes como Twitter y Reddit, creando presencia de marca y deseos de probarlo entre los usuarios.
Pero ahí no acaba todo. Una estrategia publicitaria anterior de OpenAI fue lanzar DALL-E para la creación de imágenes con IA con el modelo Open Source. Lo que quiere decir que otras plataformas y usuarios podían aprovecharlo para crear sus modelos de generación. Así ocurrió con Mid Journey y Stable Diffusion, dos IA generativas que acapararon no solo la atención, sino que difundieron miles de imágenes por todo internet.
Puede parecer anómalo entregar un hallazgo así a tu competencia, pero si lo pensamos bien las tecnológicas dependen no solo de la programación sino de la capacidad de los servidores. Es decir, del dinero que puedas invertir en sustentar un número de usuarios masivos. Y aquí es donde entendemos mejor lo que está sucediendo desde enero con chatGPT-4. Muchas personas que lo emplearon ya no pueden acceder. OpenAI también ha lamentado la cantidad de recursos (servidores y gasto energético) que esta IA consume sin generar beneficio. El mensaje recurrente de que está saturado no es totalmente cierto, si identifica tu IP y usuario te bloqueará, si eres nuevo te dejará probar y luego, según la calidad de los datos que aportes a la IA, elegirá si te deja seguir probando o no.
La IA no va a quitarte el trabajo.
Porque no tiene capacidad para sustituir a ningún humano en ninguna tarea. Ahora bien, una frase muy repetida en el foro de Davos ha sido que en un futuro inmediato habrá una brecha entre quienes sepan usarla y quienes no. Los CEOs invitados a la cumbre aseguraban en los pasillos que ellos usan las IAs generativas de texto (como chatGPT) para redactar correos y darles un tono específico y para consultar sus ideas buscando otra perspectiva sobre las decisiones a tomar. Posiblemente ahí esté la clave de la inversión de Microsoft, integrar esas utilidades en la suite de Office puede darles una ventaja verdaderamente competitiva. La misma generación de imágenes en Power Point aceleraría la creación de las típicas presentaciones que se llevan a las reuniones. ¿Será muy difícil aprender todo eso? Pues tanto como la suite de Office, es decir, que no.
Esta conclusión traerá mucho menos lectores que el habitual titular de que las IAs nos quitarán el trabajo, pero está más cercano a la verdad. En su estado actual de desarrollo mejorarán las aplicaciones existentes, las harán más útiles y nos ahorrarán más tiempo. En cuanto a la aplicación del chat conectado a internet, parece una perspectiva interesante, pero hay que ver resultados. Una utilidad bastante aproximada de cómo sería la encontramos en chatYou, que es el chat del buscador You.com, como chatGPT pero conectado a internet. De momento lo que hace es tomar las tres páginas más relevantes (no sabemos cómo establece esa relevancia) y componer un texto en base a ellas. Lo normal es que esté plagado de errores e inexactitudes. Lo mismo que le ocurrió, por cierto, al medio de comunicación CNET al tratar de hacer artículos de finanzas con una IA. Puedes leerlo aquí, fue un desastre.
No nos quitarán el trabajo, pero menuda campaña organizaron en 2022 y con qué éxito final, la inversión de Microsoft. Eso sí que es inteligencia, y no la artificial.
Todas las imágenes de este artículo están creadas por el artista Phillip, que publicó esta inventada campaña de publicidad por IAs reivindicativas agrupadas en la ONG Digital Soul Alliance. La publicó en Reddit, aquí, aclarando que podían usarse con atribución. Derecho a voto, a no ser apagados, a elegir su trabajo y ser pagados por él, a casarse y a no sufrir acoso. Una minoría del siglo XXII clamando por sus derechos.